Bueno queremos en esta ocasión comentar, como en el mes de septiembre de 2021 se ponen en contacto con nosotros para vender un cuadro que dicen que este poseído. Se trata de una copia de un cuadro de Bruno Amadio, que fue un pintor italiano, nacido en Venecia en 1911 y cuando llego a España quizás huyendo después de la guerra mundial, se hacía llamar Giovanni Brangolin , firmando sus obras con el sobrenombre J. Bragolin.
Se sabe que en su juventud fue un fiel seguidor de Mussolini y en el conflicto de la segunda guerra mundial, comprobó con sus propios ojos los horrores de la guerra, siendo testigo de los sangrientos combates y quizás las imágenes calaron en su interior, siendo más tarde, posibles fuentes de inspiración.
Al poco de terminar la 2 guerra mundial, vino a vivir a Sevilla, comenzando a dibujar su colección de 27 cuadros, a los cuales se les llamaron “Niños llorones”, la temática siempre eran niños y niñas de grandes ojos, con grandes lágrimas escurriéndoles por sus mejillas, siempre con esa expresión triste y llorando.
Cuentan que se inspiró en niños de un hospicio sevillano, los cuales murieron en el incendio del mismo. En la ciudad de Sevilla como pintor casi no podía ni sobrevivir, sus recursos económicos eran escasos, sus cuadros apenas se vendían, casi en la indigencia y lleno de deudas, totalmente desesperado, parece ser que hizo un pacto con el diablo para así poder tener fama y reconocimiento en la sociedad, que sus cuadros fueran populares y se vendieran. Posteriormente se fue a vivir a Madrid y termino sus últimos años viviendo en Italia.
Como datos quizás al pactar con el diablo el numero 27 tendría relación con las iniciales de Giovani Brangolin , pues puestas del revés serian B.G. ( 1A, 2B, 3C, 4D, 5E, 6F, 7G….)
Sus 27 cuadros de niños llorones, en las décadas de los 70 y 80 empezaron a venderse y gozó de una cierta reputación. Todo el mundo quería tener uno colgado en sus paredes Se comercializaron a gran escala y durante años se vendieron miles de copias por todo el mundo, por eso a más de uno le sonaran pues quizás nuestras abuelas seguro tuvo alguno en su salón.
Al poco tiempo, empezaron los primeros sucesos extraños relacionados con estos cuadros, comenzaron a contarse muchas historias de tinte paranormal, donde dicen que los espíritus de los niños quedaron atrapados en los lienzos, que las almas de los niños habitan en los cuadros y es la causa de la terrible maldición que los acompañan para el resto de los días.
En Inglaterra, en 1985, La casa del dueño de uno de los cuadros de “El niño que llora”, y originado por una freidora fue devastada por un incendio y lo único que quedó intacto fue una copia del cuadro “El niño que llora”, que se encontró entre los escombros, boca abajo, con leves quemaduras en el marco. Por ello dicen que el espíritu del niño estaba atrapado en la pintura.
Al poco tiempo un conocido restaurante italiano fue devastado por un incendio y sólo quedó el temido cuadro. solo sufriendo pequeños desperfectos en su marco, por estos incendios empezaron una gran quema pública de todos los ejemplares. O bien algunos regalaron el cuadro a sus conocidos buscando librarse de la maldición. Algunos decían que, para alejar la maldición, muchas personas comentan que habían tratado de quemar el cuadro en los exteriores de sus casas, pero quedaban intactos.
Otros propietarios del cuadro, además de estos incidentes en los inmuebles, relataron fenómenos extraños, objetos que desaparecen y no vuelven a aparecer, gente que dicen escuchar reír a críos, o decían oír lamentos durante las noches, todas estas personas coinciden que salían de la zona donde se encontraba el cuadro. En otras casas, el cuadro caía de las paredes, como si no quisieran estar ahí y quisieran salir irse a otro lugar como queriendo huir. algunas personas dicen que han decidido grabar parafonias en ellas se escuchan llantos o lamentos de algún crio, También como los animales se comportan de forma inusual, delante del cuadro, algunos no queriendo acercarse y otros manifestando el rechazo a los mismos (perros que le ladran, gatos maúllan de forma aguda, etc.)
Hubo dueños de los cuadros manifiestan que quienes poseen el cuadro, ellos o algunos parientes de los propietarios de las láminas, sufren desgracias y muertes en circunstancias misteriosas, pues el cuadro estar maldito.
Otra historia sorprendente es la de Rebeca Marquez
Rebeca en un periodo entre finales del siglo XX y principios del XXI, un buen día, compró dos cuadros de los niños llorones, en una tienda droguería y de pinturas de su barrio. Era muy amiga del hijo de los dueños de esta tienda, pero a los pocos días que Rebeca compra el cuadro, en menos de un mes, la tienda cierra, de forma repentina los dueños desaparecieron sin que nadie sepa de ellos, Rebeca no conocía nada de la leyenda sobre los cuadros. Y cuentan que en los últimos diez años en su casa por distintas razones ha sufrido mas más de treinta incendios, eso sí en estas ocasiones no hubo intervención por parte de los bomberos. Como en todos los anteriores que se encontraban estos cuadros, ninguno de ellos ha sufrido daños.
Ya a finales de los ochenta y en los noventa, la leyenda se extendió como la pólvora y circulaba toda clase de testimonios de mala suerte a quien poseía estos cuadros, que paso a que nadie quería tener estos cuadros colgados en sus viviendas, descolgándolos y arrinconándolos en desvanes o armarios etc., se dejaron de realizar copias por falta de pedidos y ventas.
Bueno pues a continuación y una vez explicada la leyenda de estos cuadros os dejamos el relato de las chicas las cuales no vendieron su copia.
Dicho lo cual, la pregunta ¿dormirías una noche con el cuadro de “El niño que llora” colgado en tu cama?, eso sí, sería bueno tener un extintor debajo de la cama.
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